Prepara tu mochila de emergencia, te decimos cómo.

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MOCHILA DE EMERGENCIA

El 19 de septiembre de 2017 la Ciudad de México revivió un evento trágico en su historia, un terremoto se hizo presente el mismo día de aquél devastador temblor en 1985.

19 de septiembre

Una persona herida es trasladada a un hospital por rescatistas que la sacaron de entre los escombros de un edificio en la colonia Obrera, la noche del martes. Crédito: Miguel Tovar/Associated Press. | Recuperado de The New York Times |

“Estaba en shock cuando volteé a ver al edificio y mis compañeras iban saliendo”

Me encontraba en Av. México trabajando en el Corporativo de Cafetería El Péndulo cuando de repente sentí que me aventaron la silla y al voltear escucho a mi compañero decir ¡Está temblando! me levanté lo más rápido que pude, tomé el celular y salí por la puerta, no podía caminar de lo fuerte que era el temblor, como pude, salí entre las personas por el pasillo, pero llegando a las escaleras alguien de los pisos de arriba del edificio gritó ¡se está cayendo el edificio! esto acompañado de un sonido como si hubiera estallado un auto o tronado una bomba. En ese momento lo único que pensé fue – aquí no – no recuerdo ningún sonido, ninguna persona o imagen más que una mano que se estiró hasta mi para ayudarme a bajar entre un montón de personas, según me platican porque yo no lo recuerdo, logré salir del edificio con esa persona, mi compañero de trabajo, Iván y yo salimos y al estar en la banqueta sólo veía una bola de humo blanca que cubría toda mi visión, vidrios cayendo por todos lados y solo me quedó taparme la cabeza con los brazos y esperar a que calmará la tierra.

Estaba en shock cuando volteé a ver al edificio y mis compañeras iban saliendo, habían quedado atrapadas durante el temblor en esa bola de gente en las escaleras, estaban llenas de polvo blanco en la cabeza, mojados todos de las piernas, incluyéndome, no entendía porque (después del terremoto, nos dijeron que el tinaco del 8° piso había caído al primer piso donde yo estaba el agua se regó, hizo que la gente cayera y por eso estábamos mojados, esto lo supe 2 días después). Apenas empezaba a tener un poco de calma, intentando llamar a mi familia y a mi novio para decirles que estaba bien, cuando me di cuenta que el edificio de junto estaba a dos de colapsar, fue una imagen horrible y volteaba a todos lados y solo veía y sentía caos, cuando de repente alguien gritó: ¡fuga de gas, fuga de gas, corran…! Empezamos a correr por las calles y llegando a Nuevo León dijeron ¡vuelvan, vuelvan, fuga de gas, fuga de gas! Entré en pánico horrible porque no sabía que hacer, no sabía a dónde ir, a dónde sería un lugar seguro, fue la primera vez en la vida que sentía miedo de morir.

“No tenía dinero, ni identificación, ni nada, solo mis botas con tacones”

 

Entre la gente decían que fuéramos al parque México porque era el lugar más seguro, nos refugiamos ahí todos, toda la gente que trabajaba, que iba pasando, que vivían en ese lugar, como pude escribí a mi familia que estaba bien, no localizaba a mi novio hasta después de un rato supe que estaba a salvo, pensaba en mi mamá que es súper nerviosa, quería decirle que estaba bien, que no viera la tv porque en la Condesa era un caos, escuchaba ambulancias, patrullas, la gente corriendo y gritando que se estaban cayendo los edificios, así que intento llamar a mi papá para decirle “papá, los edificios se caen, estoy bien, no te preocupes”, me dijo que me fuera caminando a su trabajo, que nos encontráramos en Álvaro Obregón. No tenía dinero, ni identificación, ni nada, solo mis botas con tacones que casi me hacen caer de las escaleras, mi celular con un 30% de pila y las piernas temblando de miedo.

Derrumbe 19 de septiembre

Avisé a mi jefa que me iba a buscar a mi papá y me dijo “si, si, vete con cuidado”, una compañera me hizo compañía porque iba al mismo rumbo que yo, el compañero que me dio la mano para salir, me prestó 50 pesos y me dijo “cuídate, por favor, Jess”. Tomé camino pero al lado contrario, mi cabeza no reaccionaba al ver a tanta gente correr hasta que me di cuenta que era al otro lado donde debía caminar, en el camino logré contactar a mi madre y le dije “estoy bien, Chapis, no te preocupes por mi, ya voy a ver a papá, ahorita te veo, por favor, cuídate mucho y ten tu celular en la mano”, ella sólo dijo “si, Jess, ve con tu papá, yo estoy con Puck (mi perro) y con los vecinos, vengan por favor”. Como pude llegué a San Luis Potosí y ahí tuve que ver la escena más terrible. Un edificio había colapsado minutos antes de llegar ahí, de no haber sido porque me equivoqué de camino habría estado en ese suceso, veía Gente llena de polvo blanco, corrían por todos lados y decían “ayuda, por favor, ayúdenme”, quise acercarme para ayudar pero apenas podía caminar con los tacones, estaba asustada, quería ver a mi familia, y no podía cargar los pedazos de concreto tirados por todos lados, un hombre se subió a la torre de escombros y dijo en un megáfono “por favor, silencio, hay gente atrapada que pide ayuda, déjennos escuchar”… me solté a llorar y llamé a mi papá “no sé que hacer, hay gente atrapada, quiero ayudar, pero no puedo controlarme” él me respondió “sal de ahí, no puedes ayudar ahorita, camina por la calle paralela y ven conmigo, por favor” eso hice y llorando en el camino, entre vidrios, escombros y gente por todos lados, con los pies destrozados por los tacones logré llegar a Álvaro Obregón, ahí entre un mar de gente en banquetas y calles encontré a mi papá, lo abracé y me puse a llorar y le dije “ya estás conmigo, papá”, él me abrazó y me dijo “todo estará bien, tranquila”.

“Sentía que debía volver a ese lugar y ayudar, eso hice”

 

Fuimos a su oficina por el coche, dos compañeros se fueron con nosotros y empecé a recibir mensaje de mis amigos “¿Jess, estás bien? Hay un caos en la Condesa” a los que pude respondí que si, que estaba bien, entre el tráfico y el caos de la ciudad llegué a casa a las 5 o 6 de la tarde, no recuerdo bien, mi madre me abrazó muy fuerte y Ángel, mi novio, estaba ahí esperándome, al verlos a los dos sentí más calma y saber que mi hermana, mi sobrinita, mi hermano, mi cuñado, mis amigos y mi familia estaban bien, me hicieron encontrar un poco de paz ante la tragedia. Esa y varias noches después no pude dormir.

Sentía que debía volver a ese lugar y ayudar, eso hice y me fui a la Condesa a ayudar a acomodar ropa, repartir víveres, recibir las cosas que la gente llevaba, me sorprendí de la labor tan humana que la gente tuvo esos días, me hizo hacerme fuerte y creer en mi país de nuevo, estuve ayudando esos días porque mi edificio del trabajo no estaba en condiciones de entrar, por semanas estuvimos trabajando en casa y en una oficina improvisada en la casa de un tío de mi jefa. La Condesa estaba sola y vacía, era como si hubiera un funeral todos los días…

Tener una mochila para emergencias, no te toma mucho tiempo.

Ese evento me hizo pensar en todas las cosas que no ponemos atención, como el tener con carga tu celular siempre, el traer una power bank contigo, dinero en las bolsas y una identificación cuando menos, hoy en día trato siempre de hacerlo, en casa tenemos una mochila de emergencia para este y otro tipo de sucesos. Les recomiendo tengan una a la mano, porque no sabemos en qué momento puede acontecer algo.

Mochila para emergencias

Les dejó una lista de artículos que debe contener esa mochila, que puede ser cualquiera que tengamos pero de preferencia impermeable y que sea ligera.

  • Botiquín de primeros auxilios
  • Botella de agua
  • Una muda de ropa
  • Documentos importantes (Acta de nacimiento, escrituras, etc)
  • Comida enlatada
  • Lámpara
  • Navaja
  • Power Bank
  • Manta
  • Cepillo de dientes, pasta dental, papel de baño
  • Y alguna agenda con números de personas importantes.

No olvides dejar tu opinión y compartir con tus seres queridos.

Y recuerden, cuiden y valoren su vida en todo momento.


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